LUCIANO SANCHEZ "EL GALLO"
Don Luciano Sánchez, afirmaba que el siempre luchó
por hacerse un buen banderilleró, que el no pretendía ser
Matador de Toros.
A últimos tiempos se conocía por ser un excelente sas-
tre taurino, confecciónando desde capotes y muletas, has-
ta traje de luces. Destacadó a nivel mundial por la cali-
dad de las monteras, que aún lucen figuras como Enrique
Ponce, Sebastian Castella o Julian López "El Juli".
Desde su niñez en un humilde barrio de la colonia Inde-
pendencia, comenzó con su ilusión de colocarse entre lo
mejor de la torería.
Comenzó actuando de banderillero y capote de brega en
cualquier festejo que se diera en Monterrey y sus cerca-
nías, con toros criollos, cebú, y de media casta.
También figuró como espada, como novillero, en muchos
carteles, y alcanzando sonados triunfos.
A fuerza de tanto se convirtió en un "Maestro", aún seguia
actuando como banderillero libre.
Y surgió la oportunidad, cuando el empresario de la Plaza
México, don Alfonso Gaona, convocó a los banderilleros
libres, ya que los afiliados a la Unión se negaron a actuar
en la temporada 1950 de novilladas.
Y entonces Luciano Sánchez "El Gallo", Ernesto de la Serna
"El Mantecas", y después Manuel Valdéz "El Tigre", se fue-
ron a México a tratar de colocarse. Y lo hicieron.
Luciano Sánchez toreo nueve novilladas en la Plaza Méxi-
co, esa temporada con mucho exito y con tal reconocimiento
que en el cierre de la temporada el público lo paseo en hom-
bros, y saliendo por la Puerta Grande de la México, junto
con sus otros compañeros regiomontanos.
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